viernes, 1 de febrero de 2008

Al fin... el fin

Salados, a eso le saben sus labios al pasar la lengua sobre ellos. Salados, asperos y frios. Saben asi por el viento huracanado que, sin piedad, choca contra su cara y su cuerpo y hace que se tambalee sobre las rocas del dique.

¿Que hace alli? No podria decirlo... salió de su casa sin dirección fija, rumiando sus penas y sus desgracias, y sin saber como, esta allí, de pie... solo.

Ni un solo ruido deja pasar ese tremendo viento, solo viento y olas, olas que, furiosas, chocan contra la fria piedra, mojan sus congeladas mejillas y secan las lágrimas que, incesantes, surgen de sus negros ojos.

No desea esa vida, nadie le a dado nunca la opción de elegir, y hoy, por fin, le toca decidir a el, hoy es el el único dueño de si mismo.

De repente todo se desvanece, ya no siente ganas de llorar, la pena y la frustración dejan de oprimir su maltrecho corazón, y siente paz, paz como no ha sentido nunca. Por una vez, mientras observa las cada vez más altas olas, sabe lo que quiere.

No siente frio cuando el mar abarza su cuerpo, está sereno, incluso feliz por acabar con todo eso, con tanto sufrimiento y desdicha. No quiere vivir, deja que el mar, bondadoso, lo meta en su seno, para poder al fin descansar.

3 comentarios:

Zitrone dijo...

Encontró lo que buscaba sin buscarlo...
Quizá ni siquiera sabía si debía buscar algo.
Besicos de limón

Anónimo dijo...

Gracias por el comentario! veo que entiendes lo que intento expresar.^^

Juanra dijo...

Me gusta^^ Si es que somos los mejores escribiendo :P